0
Home  ›  Chapter  ›  Seré la reina

SLR – Capítulo 30

Hermana, en esta vida seré la reina 

Capítulo 30: ¿No deberías tener un baile de debut también?


La Missa brevis, corregida por Arabella, se presentó con éxito en la misa. El nombre del compositor fue cambiado a “Isabella & Arabella de Mare”. Y el percance de la canción parecía haberse apaciguado sin causar muchos rumores.

El día de la misa, la gente alabó el notable talento de las hermanas de Mare. Y Lucrecia saboreó la atención y los cumplidos, que iban dirigidos a sus hijas.
Pero Isabella -a quien, por naturaleza, le encantaba ser el centro de atención- se negó sin precedentes a asistir a la misa, porque temía enfrentarse a sus amigos. E incluso después de la misa, permaneció confinada en casa durante bastante tiempo.
Muy animada, lady Camellia de Castiglione difundió ciertas palabras sobre Isabella.

Mientras tanto, Julia de Baltazar decidió mantener las distancias con Isabella, en lugar de rechazarla por completo. El día de la misa, Julia se burló de Lucrecia, que se regodeaba orgullosa en primera fila. Luego se volvió para susurrar ciertas cosas a su madre, la Marquesa Baltazar.
Aquel verano, Arabella permaneció recluida en su habitación. Y Ariadne también pasó el tiempo encerrada en su estudio, porque aunque se había presentado a la Reina y a las demás nobles, Ariadne no tenía amigas de su edad.
Así, toda la familia pasó un verano relativamente tranquilo. Hasta que llegó una invitación de la Marquesa Chibaut, una de las más estrechas colaboradoras de la Reina Margarita.

[Querida Lady Ariadne de Mare,
Este próximo viernes, en la última semana de agosto, estoy planeando organizar un salón donde los jóvenes nobles puedan reunirse y apreciar obras de arte. Se expondrán muchas piezas valiosas de mercaderes de la República de Oporto.
También asistirán jóvenes nobles de familias reputadas, entre ellos el Príncipe Alfonso. Espero que sea una gran oportunidad para hacer nuevas amistades. Espero verte en el evento.

De. Marquesa Alejandra de Chibaut]

El nombre de Isabella no aparecía en la invitación. Isabella se puso pálida y llamó urgentemente a Maletta.

—¡Maletta! ¿Estás segura de que ésta es la única invitación que ha llegado?
—Sí, milady…

Por mucho que Isabella insistiera a su criada, no aparecía ninguna invitación adicional por ninguna parte.

En realidad, era natural que la Marquesa Chibaut excluyera a Isabella de la lista de invitados. La Marquesa Chibaut era una de las más estrechas colaboradoras de la reina, y Lucrecia no tenía buenas relaciones con el entorno de la reina. Además, Lucrecia fue rechazada por la Reina en la misa real no hace mucho tiempo atrás.
Pero a Isabella le atormentaba la suposición de que se debía a que había afirmado falsamente ser la compositora del himno que se presentó en la misa. 

—Seguro que todos se ríen de mí. Tengo que compensarlo de alguna manera.

El hecho de no haber sido invitada al salón, al que asistía el príncipe Alfonso, aplastó el orgullo de Isabella. Así, Isabella decidió impedir que Ariadne asistiera también al evento.

Toda la familia estaba reunida a la mesa, excepto Arabella, que estaba encerrada en su habitación sin más comida que pan seco.

Justo entonces, Isabella preguntó en tono preocupado.

—¿De verdad piensas ir al salón de la Marquesa Chibaut?

Todos miraron a Isabella al mismo tiempo.
Isabella continuó con voz amable—: No te estoy diciendo que no vayas. De ninguna manera diría tal cosa. Es sólo que las circunstancias no parecen las adecuadas. Todavía no has debutado. Así que no se te permite mostrarte en público sin un acompañante.

Isabella tenía razón por una vez.
Una dama era tratada de forma muy diferente antes y después de su debut. Antes de eso, una joven era considerada una niña. Y por lo tanto, no se le permitía salir a la calle sin la escolta de un chaperón.

N/T chaperone: 

Sólo después del debut, fue considerada como una dama respetable. Y se le permitía visitar aparentemente lugares sola, como la iglesia, un picnic o la casa de una amiga. Ni que decir tiene que quedarse a dormir no estaba permitido bajo ninguna circunstancia.

—¿Recuerdas cómo avergonzaron a madre delante de todos en la misa de la reina la última vez, por tu culpa? No puedes pedirle a madre que te acompañe al evento.

El rostro de Lucrecia se puso rígido ante aquellas palabras; no había sido consciente de ese hecho cuando Ariadne recibió por primera vez la invitación de la Marquesa Chibaut.

Isabella amenazó a Ariadne con voz dulce.

—Tú no harías eso, ¿verdad? Eres una buena hija.

Ariadne no respondió inmediatamente.
Y cuando Ariadne demoró su respuesta, Lucrecia se puso furiosa. '¡Por qué esa pequeña!'

Justo cuando Lucrecia estaba a punto de gritar con vehemencia que prefería morir antes que acompañar a Ariadne al evento, el Cardenal dejó los cubiertos sobre la mesa. 

—Así es. Ya era hora.
—¿Perdón?
—¿De qué es hora?

El Carinal se encaró con Ariadne y le explicó—: Es hora de que la más joven también debute.

Asombrada, Ariadne miró fijamente al Cardenal. Era algo totalmente inesperado.

En su vida anterior, Ariadne se había comprometido con Césare sin haber debutado. Y después de eso, fue considerada una mujer casada.
Por estas razones, Ariadne nunca asistió a un acto social en el que se la tratara como a una joven que ha debutado. Sólo se le permitía participar en galas benéficas y otros actos sociales, destinados a mujeres casadas de la nobleza.

Episodio-30-En-esta-vida-soy-la-reina

Pero ahora, el Cardenal se ofrecía a organizar un baile privado de debutantes, ¡sólo para ella! Era la prueba de que su estatus había mejorado drásticamente en comparación con su vida anterior. Ariadne, incapaz de ocultar su alegría, esbozó una pequeña sonrisa.

Por otro lado, Isabella estaba increíblemente disgustada. 

—¿Padre? Pero, ¿cómo va a debutar? El debut de este año ya ha pasado.

Una vez más, Isabella tenía razón.
Todos los años, el baile de debutantes se celebraba en el palacio real, concretamente en abril, cuando las flores florecían por completo. Ahora mismo, era agosto, y los árboles estaban llenos de exuberantes hojas verdes.

—Ya recibió el reconocimiento de los Reyes. 

El Cardenal se refería a cuando Ariadne recibió el Corazón del Profundo Mar Azul durante su audiencia con la Reina.

Un baile de debutantes tenía muchas costumbres, como beber vinos de frutas especialmente elaborados y que las parejas bailaran el vals. Pero el motivo principal del evento era que los jóvenes nobles obtuvieran el derecho a entrar en el palacio real conociendo al Rey y a la Reina.

—Eso significa que ya tiene derecho a entrar en el palacio real. Así que sólo le queda presentarse en la alta sociedad. Y eso se puede hacer organizando un baile e invitando a la gente. Además, hubo muchos precedentes en el pasado.

A quienes ya tenían derecho a entrar en el palacio real -como los parientes colaterales de la familia real o los nobles que eran designados compañeros de juegos de un hijo de la realeza- se les permitía organizar un debut aparte, en caso de que no pudieran asistir al baile anual por enfermedad o viaje. En otras palabras, se trataba de una excepción especial concedida a personas de alta alcurnia.

Isabella hizo una mueca. 

—Padre, ¿de verdad vas a hacer eso por ella? —preguntó con expresión desesperada.

Padre sólo adoraba a Isabella. Su padre no concedería tal privilegio a esa niña buena para nada. Era imposible.
Pero el Cardenal traicionó sin piedad las expectativas de Isabella. 

—Isabella, debes ser más generosa con tu hermana menor.

Miró decepcionado a su hija mayor. 

—Ariadne también es miembro de la familia de Mare, y es la responsable de que nuestro apellido goce de renombre. Después del baile de debutantes, se le permitirá moverse con más libertad y será capaz de hacer más cosas.

El Cardenal se volvió hacia Ariadne y le dijo: —Ariadne, lo has estado haciendo muy bien estos días, incluso sin mi apoyo. Tus logros son encomiables.
—No, Eminencia. Siempre estoy agradecida por todo lo que me habéis proporcionado. 

Ariadne perdió el apetito, porque sentía náuseas.
Ella siempre había puesto una fachada delante del Cardenal. Pero hoy, realmente había un poco de sinceridad en su agradecimiento.

—Volveremos a hablar antes del baile de debutantes. Tengo algo que decirte. Lucrecia, tú también deberías venir.
—Haré lo que dice, Su Eminencia.
—Sí, Eminencia. 

Lucrecia frunció el ceño hacia Ariadne antes de intercambiar miradas con Isabella.

Entonces Isabella dijo en tono provocador.

—Pero su debut tendrá lugar en otoño, como muy pronto, ya que necesitamos tiempo para preparar el baile. ¿Qué hacemos? El salón se celebra en agosto, así que Ariadne aún necesita una carabina para asistir al evento.

Lucrecia intervino.

—Eminencia. No puedo asistir al salón de la Marquesa Chibaut—de repente cambió su actitud agresiva y fingió estar enferma—. No me encuentro muy bien estos días, porque hace demasiado calor... Y estoy traumatizada por la mirada desdeñosa de la Marquesa Chibaut en la misa de la Reina. Me duele mucho la cabeza cuando pienso en ello, y ya sabes lo que me duran los dolores de cabeza, ¿no? A este paso voy a....

El Cardenal sintió que le venía un dolor de cabeza ante las quejumbrosas quejas de Lucrecia. Si la presionaba para que asistiera al salón por el bien de Ariadne, ella no lo dejaría en paz y seguiría lloriqueando.

'Ariadne debutará pronto. Y es un simple salón organizado por uno de los séquitos de la Reina. No asistir a él no debería ser una gran pérdida.'

Lucrecia seguramente no tendría a nadie con quien hablar en el salón. Y excluyéndola a ella, no había otra acompañante adecuada.
El Cardenal estaba contemplando la mejor manera de persuadir a Ariadne, cuando ésta se echó atrás primero. 

—No puedo pedirle a madre que asista a un acontecimiento desconcertante sólo por mí. Sería increíblemente egoísta por mi parte.

Desconcertadas, Isabella y Lucrecia intercambiaron miradas. '¿Qué le pasa?'

Entonces Isabella intervino.

—Así que... Parece que esta vez no irás al salón. Qué lástima. He oído que iba a venir el príncipe Alfonso.
—En realidad, hay una manera—desde luego, Ariadne no era de las que desaprovechan una oportunidad y dijo—. Nuestra profesora de Gallico, Madame Romani es pariente lejana de la Marquesa Chibaut. Me he enterado de que Madame Romani vive actualmente en la residencia de la Marquesa Chibaut, porque su casa está en reformas. ¿Puedo preguntarle a Madame Romani si puede acompañarme al salón durante el día?

Lucrecia se quedó boquiabierta. Ella, quien siempre había deseado formar parte del séquito de la reina, había tanteado a Madame Romani con la intención de establecer contactos personales que beneficiasen a Isabel en el futuro. En otras palabras, Lucrecia había planeado conocer a la Marquesa Chibaut a través de Madame Romani.

Pero Madame Romani no era de las que se presentaban y actuaban como intermediarias entre las personas. Y al final, Lucrecia no había obtenido nada de la contratación de Madame Romani.
La razón por la que Lucrecia no despidió a Madame Romani fue simplemente porque trabajaba duro por un salario relativamente pequeño.

'¡No puedo creer que esa chica se aproveche de esto!' Lucrecia temblaba de furia.

Ajeno a la frustración de Lucrecia, el Cardenal consintió de buen grado. 

—Así es. Creo haber oído que Madame Romani era pariente lejana de la marquesa Chibaut. Deberías intentar preguntar. Y no olvides darle una pequeña muestra de agradecimiento.
—Sí, padre. —Ariadne inclinó la cabeza obedientemente.
—Deberías darle a Ariadne algo de dinero para que pueda mostrar su agradecimiento a Madame Romani.

Lucrecia ya se sentía amargada por la asistencia de Ariadne al evento. Pero para empeorar las cosas, tenía que darle dinero a Ariadne. 

—...Sí, Su Eminencia.
—¡¿Tengo que decirte cómo hacer de cada pequeña cosa?! Deja de hablar, por favor.

{getButton} $text={Capítulo anterior}

{getButton} $text={ Capítulo siguiente }

Pink velvet
tiktokfacebook tumblr youtube bloggerThinking about ⌕ blue lock - bachira meguru?! Casada con Caleb de love and deep space 🍎★ yEeS ! ★ yEeS !
Publicar un comentario
Buscar
Menú
Tema
Compartir
Additional JS